sábado, junio 28, 2008

Atrapados en el borde de lo moral
se miran con deseo de alquimista se lamen las costillas al pasar con los párpados húmedos
sentados en maderas enmohecidas
juegan sus cartas ilegales a lo visible
corren minutos de soledad antes de despedirse
con un guiño de harapos en la piel
y un dejo amargo en las lenguas afiladas de no decirse la vida simplemente
una letanía de tango los escolta
un diapasón de ansías les dibuja un aura azul
antes de anochecer han sucumbido
como espectros sudorosos traspasan las cornisas
hasta dejarse vencer por la realidad.
Ahí recién viven...

martes, junio 24, 2008


Ansiaba crear lazos, pero no sabía cómo hacerlo; desconocía el paso inicial, la palabra primera. Mientras tanto, veía con estupor cómo el tiempo seguía corriendo descabritadamente a su alrededor.

Hizo vanos intentos de acercamiento y sólo obtenía por respuesta un rechazo evidente, un resquemor hiriente e incluso, en algunos casos, una huida despavorida.

Se preguntaba qué tenía ella de malo para provocar tal reacción en la gente. Siempre había vivido entre ellos; era nombrada por todos y tema de controversia para sabios y creyentes por igual.

Más de alguna vez había sido vista y conocida, pero nada de su encanto lograba apasiguar esas muestras de desprecio que tanto dolor le producían.

Descorazonada preguntó al oráculo cuál podría ser su karma, la causa de este exilio adonde la tenían recluida.

La respuesta no se hizo esperar: "Es tu nombre".

¿Mi nombre? -preguntó asombrada. ¿Acaso un nombre puede ocasionar tanta repulsión?

Tu nombre y lo que ello significa, pues -le dijo el oráculo.

Pero si sólo me llamo Muerte.

domingo, junio 22, 2008

Pero desperté...

Estuve al borde de la ventana ... los pies casi en el vacío ... el viento sacudía mi cara ... veía el suelo a lo lejos ... más allá de mi entendimiento.
Tuve un atisbo de conciencia ... quise aferrarme a la pared ... mis manos resbalaron por el cemento ... quise pedir auxilio ... mi boca no emitía sonidos.

Sentía mi cuerpo balancearse hacia adelante ... la angustia me subía desde el estómago ... quería dejarme ir pero al mismo tiempo sentía pavor.

Creí que todo estaba perdido ... ya no había vuelta atrás.

Un último intento de asirme a la pared ... un grito se desencadenó desde mi éntraña ...

Desperté ...

domingo, junio 15, 2008

EN EL DÍA DEL PADRE...PARA LA MEJOR MADRE...

Es el día del Padre, es cierto, pero desde hace muchos años que este día no significa mucho para mí…salvo una fecha que, si no es por la publicidad, no la tendría contemplada porque no tiene espacio en mi memoria.
Al pensar en el padre, caigo en la cuenta que he tenido el mejor: TÚ.
El oficio del padre es apoyar, estar ahí en los momentos duros, exigir ser alguien en la vida, dar cariño, comprender (en la medida de lo posible), tolerar, aceptar aquello que no comprendemos y sostener cuando la hija va en bajada.
Bueno, tú has hecho todo eso y mucho más: aperraste hace 42 años y, desde ese día, has estado a mi lado siempre y en todas, incluso aquellas veces que no has entendido o no has estado de acuerdo. Has postergado gran parte de tu vida y de tu bienestar por mí y eso se agradece en un día como hoy y a diario también.
Me has convertido en una mujer adulta, profesional, productiva, conciente y sensible; me has hecho un ser humano de bien.
Tú no eres solo un pilar en mi vida; eres el edificio entero y estoy muy feliz y orgullosa de tener una madre como tú.
Este último tiempo, desde que volvimos a vivir juntas, he valorado cada momento que compartimos. Me gusta llegar a la casa y saber que te voy a encontrar. Me hace bien compartir tu cama, comer más de la cuenta y salir por ahí a derrochar el dinero que tal vez después nos va a faltar, pero que en el minuto del derroche, disfrutamos tanto.
Estoy hecha a tu imagen y semejanza y, ahora, a los 42 años, nada me pone más orgullosa que eso.
Me encanta que vivamos aquí y que, aunque no hablemos de las fibras más profundas, nos tengamos la una a la otra.
Nada de lo que soy lo habría logrado sin tu presencia y tu entrega. Tal vez esto no te lo había dicho antes, pero todos los que me conocen, saben quién eres tú en mi vida.
Te amo, mamá y, en un día como hoy, no necesito a nadie más para comer una cazuela, para ver la cultura entretenida en la tarde, para soportar este invierno de mierda y para irme a dormir temprano porque debo amanecer en la escuela Militar a las 07:30 de mañana.
Feliz día.
Te amo.

jueves, junio 12, 2008

El sentido de la vida...

La vida no tiene sentido.
Y, ¿por qué habría de tenerlo?
La vida es esa mezcla de tiempo y espacio que usamos de soporte para pasar o transitar por esta dimensión; es el colchón sobre el cual nos movemos.
Pero, entonces, ¿por qué exigirle más?
¿Acaso no somos nosotros mismos quienes debemos llenarla de sentido?
¿Acaso no son nuestras acciones las que orientan su rumbo y le imprimen lógica, contenido y consistencia?
Creo que cada vez que intentamos buscarle un sentido a la vida, nos equivocamos tanto que arriesgamos nuestra salud mental y terminamos agobiados y deprimidos por una frustración equivocada.

El significado de las cosas lo damos nosotros cuando reconocemos y valoramos lo que tenemos a mano, lo que nos arranca pasión, lo que aún no descubrimos y nos motiva a seguir en la búsqueda de la verdad. Ahí la vida adquiere sentido, es decir, cuando se lo otorgamos; somos quienes tenemos la capacidad de sopesar, de medir, de sentir, amar y odiar los que definimos el sentido, la causa, el valor, la importancia y la urgencia de las cosas.
Quizás le temamos al riesgo de mirar dentro nuestro y encontrarnos con un espacio vacío, fatuo y desolado y, por ello, cometamos el error de creer que las respuestas están allá afuera.
No. Claro que no.
Las respuestas, los rumbos, las lecciones están dentro de cada uno...sólo hay que aprender a oirlas, a percibirlas y, muchas veces, descifrarlas y, lo más importante, sólo hay que prepararse para ser capaces de, luego de visitar nuestro mundo interior, mirarnos al espejo sin querer salir arrancando con lo que éste nos devuelve de nosotros mismos.

martes, junio 10, 2008

Perdona la insistencia...


Pensar que nunca más te borrarás de mi mente
aunque los pasos borren tus huellas en el asfalto
aunque mis ojos se pierdan en otros ajenos
aunque el otoño siga porfiadamente mostrándome tu ausencia
en ese amarillo que acumula sepia en mi alma
y llena mi boca del polvo de no tenerte.

Te seguiré trayendo cada tarde a mi orilla
seguiré musitando tu nombre en lo oscuro
cuando el reloj vaya cerrando mis postigos
y el embrujo del sueño me lleve hasta tus brazos
para depositar en ellos el vano intento de tu búsqueda.

Es el apostolado de amarte a la distancia
la senda interminable de una misión inconclusa
la agonía del leproso
que va dejándose en un camino sin retorno
sin reencarnación para enmendar el curso de la palabra telúrica
que te arrancó de mis brazos
pero no de mi piel ni de mis ansias.

No sé decir tu nombre en pasado



jueves, junio 05, 2008


Hay que mirar en medio de la niebla
y translucir el sol en las vértebras
hasta cuajar el segundo aquél
que no debió partir por la rendija.

Un grito de desespero
relojes colgando de las gargantas
partos desmesurados
la luna que calla y avanza.

Guardar el polvo en un bolsillo
cubrir los ojos de melodías
pintar un ladrido en otoño
sellar las palabras en gotas.

Un huevo derritiendo desiertos
se encumbra una eterna madrugada.