He descubierto que no he
descubierto nada:
el sol siempre estuvo ahí
la destrucción de planeta la ocasionó el hombre antes que yo la deseara
la fatiga, el hambre y el agotamiento me precedieron
los garabatos fueron dichos primero en la cueva de Altamira
los besos excitaron previo a mis labios
el frío heló las eras antes que a mis pies
el calendario despachó cadáveres antes que mi pleitesía
(el reloj ídem)
el ácido inundó los limones antes que a mi humor
todo fue descubierto y creado previo a mi creación...
¿Qué hago, entonces, con mi Síndrome Mesiánico?
domingo, noviembre 26, 2006
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1 comentario:
Amiga, hemos cumplido tu dulce cometido.
Un abrazo a tu infancia y al recuerdo de tu abuelita. Me emocionó.
Mi abuelita leía el mismo libro y ahora su mente se ha marchado, dejando con nosotros, sólo su cuerpo.
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