aparece un trébol y cunde el caos
la semilla de la suerte fue abortada antes de fenecer bajo tierra
y el jubiloso cántico de la lluvia apaga el rugido de las cuatro hojas
de la suerte envasada
de la gloria conferida a una planta de ordinaria existencia
como nosotros que elevamos plegarias
fingiendo creer
suponiendo redención
augurando un pedazo de eternidad como nuestro osario
bueno...y qué tanto da si creemos ilusamente,
si nos entregamos sin reserva a las utopías,
si dormimos en paz tan sólo por lanzar un rezo en la semiconciencia del sueño
y nos golpeamos el pecho en la semi-inconciencia del descaro
al final...en una de ésas...
un trébol nos toca la sien y se desparrama el caos
3 comentarios:
yo medito. ya no rezo.
orar no es lo mismo que rezar
quizás ahora tenga suerte, el miércoles voy de nuevo a santiago.
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