No alcancé a darme cuenta del rojo que, de mi cabello bajaba a mis mejillas. Sólo sentí que el tiempo se detenía y nos transportaba, a ambos, a una burbuja de palabras, de reencuentro, de mirarnos profundamente y descubrirnos luego de años.
Disfruté tu verde mirada, me conmoví con el rictus de tu boca y tu habitual nerviosismo al hablar; me alegré con la fluidez con la que volvíamos a conversar, apurados por un tiempo que se hacía estrecho a cada tranco de la micro.
Aún conservo tu cara en mi retina y tu abrazo en mi cuerpo; aún oigo tu voz particular y tu resumen abreviado de vida; aún vagan desordenadas en mi interior las sensaciones que se desencadenaron ayer.
Aún se conservan en mí todo lo que tu nombre le brindó a mi existencia.
1 comentario:
que lindo...yo también quiero sentir es sensación...
Publicar un comentario