Te escribo desde mi cama
desde mi alma
desde mi mirada silenciosa
desde la hora tardía
en que te velo el sueño a la distancia.
Te escribo desde lo prohibido del sentir
desde el abrazo de venas que te doy
desde el gesto imperceptible
que devuelvo cuando me miras.
Te escribo desde la ansiedad
de no querer sacarte de mis manos.
Te escribo para entrar en tu descanso
y cometer un acto de amor.
Te escribo y me refugio en tus recovecos
para desde allí musitarte mi nombre.
Te escribo para exorcizar la locura
de este sentir vedado.
miércoles, diciembre 13, 2006
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1 comentario:
notable
quñe afortunado debe sentirse la persona a quién dedicas esas palabras.
Saludos
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