Desprenderme de tu abrazo es, cada vez, más difícil, más violento, más brutal.
Alejar mi piel de tus manos me deja desnuda, huérfana y errante.
Perder tu mirada de la mía es nublar el rumbo y tropezar en la nada.
Dejar de ver tu sonrisa es cerrar la jornada y renunciar.
Tu espalda es mi trinchera
desde ella enfrento la adversidad.
En tu beso reconozco mis convicciones
y se hace palabra sólida y decidida.
De tu sexo se alimenta mi fuerza
mi ansia, mi carne, mi imaginación.
Ya no intento explicarme qué había antes de tu llegada.
lunes, junio 01, 2009
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1 comentario:
Qué romántico.
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