
Llegué lejos en varios sentidos y los puertos que me recibieron fueron todos favorales, aunque el trayecto haya sido, por momentos, demasiado complejo y pedregoso.
* ¿Aciertos? Quizás pocos, pero profundos, decidores, definitivos.
* ¿Errores? Tal vez muchos; algunos corregidos, pocos, insignificantes y varios en vías de ser tomados en consciencia.
* ¿Logros? Más de los que imaginé al iniciar este año.
* ¿Frustraciones? Ninguna, ya que no me tracé ninguna ruta concreta, por lo que todo lo que vivo y viví ha sido un saldo a favor.
* ¿Pérdidas? Las que debían ser. Para que algo nazca, algo debe morir.
* ¿Descubrimientos? Muchos, sobretodo, relacionados conmigo misma.
* ¿Desamores? Nada importante.
* ¿Amores? Uno, el más importante.
Hecho este balance apresurado, me apresto a recibir al 2010, sin pausas, ni premuras; más bien dispuesta a ser un sauce que flecta sus ramas para dejar ir el inviernos y tomar de ese acto la fuerza para disfrutar y homenajear lo bueno que traiga.