domingo, septiembre 26, 2010


Tengo una pena negra
pena de lágrima de rincón
de lloro silencioso y clandestino
de lengua muda y razón algo desconocida...aunque sólo algo.

Camino por sendas de seda asfixiantes
sueño con mi Wallis a media mañana
se me enreda ese dolor con este otro y con el mío propio
camino por sendas de ásperas sedas.

¿Dónde pongo esta pena?
¿Qué recipiente puede contenerla por un rato sólo para poder salir a respirar un poco?

lunes, septiembre 13, 2010

La vida es una puta veleidosa

Mi razón no pide piedad
se dispone a partir.

Borges dijo una vez que la vida se construye de momentos y,
por algo,
no incluyó las pausas.
La vida no tiene pausas.
Es demasiado perversa para concebir treguas.
Ella,
al igual que los niños,
cree que las sorpresas son siempre alegres.
Pero,
a diferencia de los infantes,
la vida sabe que sus sorpresas son demoledoramente trágicas,
hirientes,
decomunales e insanas.
La vida siente envidia de la calma,
de la armonía e incluso,
es envidiosa de la felicidad,
aunque sabe que ésta fue inventada,
como un artilugio,
para que ella fuera la reina,
la irrenunciable.

Por eso
no creo en la vida
porque no vale nada
porque es una puta veleidosa
porque se entrega al iluso
al idealista precario
al espejismo utópico
al que no tiene nada.