sábado, junio 20, 2009

Déjame que te cuente el ansia de mis manos
déjame que te deletree el porvenir
aunque la ortografía me huya y la mesura me escatime esfuerzos.

Me he vuelto profeta
mago de las artes del tiempo y las esperas
transgresor de umbrales
torturador de preceptos añejos
....
me he vuelto verdad para ti.

jamás pensé que haría algo así...
jamás pensé que haría algo...
jamás pensé que haría...
jamás pensé que...
jamás pensé...
jamás...

y todo ha sido por...
el advenimiento de la decencia.

Tardanza...

Quise distraer la pena mirando por la ventana la lluvia que se dejaba caer en la ciudad. Es cierto que la mañana estaba un poco gris, con una luz blancuzca que, en un principio, me hizo confundir lo que estaba viendo.
Cuando comenzaron a caer las plumas blancas delante de mí pensé que alguna paloma estaría cambiando su ropaje en la azotea de mi edificio, pero pronto reparé que dichas plumas eran demasiado grandes para ser de esas aves indeseables.
Asomé la cabeza para mirar hacia lo alto y no
llegué a alcanzar mi objetivo porque venía bajando hacia mí un ángel que, antes de que yo pudiera lanzar un grito de asombro, me tapó suavemente la boca con su mano. Enseguida me pidió entrar en mi habitación porque sentía frío y necesitaba, además decirme un secreto importante.
Aun un tanto confundido, me hice a un lado para que entrara e incluso le ayudé a meter sus enormes alas por la reducida ventana. Una vez sentado en mi cama, puso cara solemne y me dijo:
-Debes ser cauto y precavido porque la vida no te será fácil. Enfrentarás dificultades que solo con mesura podrás sortear.
Quise decirle algo, pero no me salía el habla y no era de asombro por su extraña aparición.
Se levantó, sacudió sus plumas y se dispuso a marchar, no sin antes disculparse por lo que él creyó podría ser una ligera tardanza.
Una vez que partió, ya no hubo caso de distraer la pena; es más, había otro motivo para estar triste…El ángel se había demorado apenas 43 años en encontrarme.

sábado, junio 13, 2009

El vacío y la desesperanza...


Hay vidas que son solo un sueño.
La realidad suele ser tan devastadoramente distinta que asombra,
paraliza,
entumece.
¿Dónde está la hebra,
el límite,
la ventana del túnel
por la cual ver donde estamos parados?
O dicho en forma, un tanto, prosaica,
¿dónde se halla el botón de pánico?
Quizás en las venas.
Solo allí pueden sentirse el vacío y la desesperanza.

Ahí radica el vivir, supongo, aunque parezca una burlesca contradicción:
levantarse a diario para ver si se tiene suerte y,
en la oscuridad del túnel,
surge una diminuta luz que evidencia una ventanita
para mirar,
para ver,
para saber y
decidir.
Digo contradicción porque, según las sabias palabras de algún libro añejo,
estamos hechos para ser felices;
para alcanzar, gracias a nuestro conocimiento y experiencia,
el nirvana de la paz y el amor.

En algún punto, nos desviamos de la ruta,
erramos el paso y
no nos damos cuenta,
tan obnubilados que vamos;
tan convencidos de los trazos que dibujamos en este acelerado itinerario.

Pero se puede enmendar el rumbo.
Siempre se puede.
Solo hay que esperar encontrarse con la bendita ventana que nos responderá,
cual oráculo,
si hemos estado habitando en un sueño
o en el vacío y la desesperanza.

lunes, junio 08, 2009

Herejía...

Cometeré una herejía más, aunque no tengo un prontuario colmado de ellas. Un sacrilegio de aquellos que creí nunca cometer... lo verdadero no se dice con palabras, sino con la mirada. El verbo certero, la palabra pura habita las vísceras, se anida en el recoveco más diáfano de la pasión.


¡¡¡ Mírame y sabrás de lo que hablo !!!

jueves, junio 04, 2009

Confusiones...


El tiempo es cíclico, ya lo sabemos; va y viene alrededor de nosotros, dejando una estela de sedimento que se va convirtiendo en nuestra mortaja: son los recuerdos.

Al final del camino, entonces, sólo ellos nos acompañan hasta que ruedan por el despeñadero de una memoria que se apaga pausadamente.

¿Por qué no, entonces, ser más amables con esas imágenes?

Serán tu compañero de ruta, tu confidente y confesor; el espejo en donde podrás mirarte a la cara y reconocerte y reconocer a aquellos que han sido parte de tu historia.

La memoria y los recuerdos logran que las personas se vuelvan inmortales.

lunes, junio 01, 2009

Desprenderme de tu abrazo es, cada vez, más difícil, más violento, más brutal.
Alejar mi piel de tus manos me deja desnuda, huérfana y errante.
Perder tu mirada de la mía es nublar el rumbo y tropezar en la nada.
Dejar de ver tu sonrisa es cerrar la jornada y renunciar.

Tu espalda es mi trinchera
desde ella enfrento la adversidad.

En tu beso reconozco mis convicciones
y se hace palabra sólida y decidida.

De tu sexo se alimenta mi fuerza
mi ansia, mi carne, mi imaginación.

Ya no intento explicarme qué había antes de tu llegada.