domingo, agosto 31, 2008


Las circunstancias, el ajetreo diario, el reloj incansable de los apremios nos dificultan, muchas veces, el estar con nosotros mismos; el sentirnos fluir por las horas.

Ahora he estado conmigo. He podido palpar mis músculos y mis banderas; salivando recuerdos más añejos que los años. Pero también ha habido espacio para los sueños breves; esos chispazos hacia el mañana incierto.

He sentido el encuentro y el reclamo que mi interior le hace a esta figura pública que tan poca atención le brinda a veces.

Me miro al espejo y veo que tengo más batallas en la piel y los hilos de la melancolía ya comienzan a argentar mi frente. Pero esto no me alcanza para un reproche, ni un lamento. Sé que la primavera está próxima y sé también lo que ésta me trae cada año.

Es hora de dejar las despedidas atrás como un resabio más del otoño que todo lo mata de hastío muy lentamente.

Hay misterios que ni las esperas invisibles pueden descifrar. Hay amores condenados a existir en los intersticios del tiempo. Hay adioses que duelen, pero no matan.

Y, por sobre todo, hay una vida que espera ser vivida en primavera.

sábado, agosto 23, 2008

Mea culpa...


Hace mucho que no escribo...y no es por el ajetreo, ni las circunstancias, ni el exceso de trabajo en mitad del poco tiempo. No. Es culpa del estado, pero no el con mayúscula (aunque perfectamente pudiera serlo), sino esta medianía en la que me encuentro ahora y que, para muchos, es signo de equilibrio, madurez, que le llaman, pero para mí es como caminar por un limbo de status quo.

Para una persona que ha brincado siempre entre el límite, el margen y el costados no es fácil sentirse en esta posición; mezcla de la nada y la cosa ni una; donde se tienen pocos desvaríos y demasiada planicie (léase calma), pero esa calma que entumece las emociones, adormila las pasiones y nos deja funcionando utilitariamente frente al devenir...

Reconozco que no me sucede habitualmente, pero aún así no lo disfruto...me muevo con más soltura en los extremos, comulgo con más holgura con las tempestades, me siento más segura en los bordes abismales de lo cotidiano...quizás porque ese constante peligro de potencial derrumbe lo asocio con vida; con la sensación de estar vivo, de percibir, de riesgo, de apuesta.

Tal vez se deba a un incipiente síndrome de Peter Pan o, derechamente, a un masoquismo encubierto...pal caso, me da lo mismo.

Sólo ansío que retornen los días en que suelo devanarme los sesos pensando en la salvación de mi alma; o en esos minutos que siento que me desbarranco a un pozo sin fin...

Pese a la angustia y desazón que me causan esos momentos, créanme que lo prefiero a esta sensación de madurez y equilibrio que me tiene al borde del hastío...

Ya sé lo que están pensando...y quizás tengan razón...NO TENGO REMEDIO.

martes, agosto 12, 2008


Déjame caer en el rictus de tu sonrisa
y guarecerme allí del tiempo y sus caprichos

sola

en el rapto de un segundo
me haré espuma y desapareceré

pero no me prives

Déjame lamerte el sol en los tobillos
mientras destapo sesos en la vereda que te guarda

sola

cuando te hayas ido a otros mares
y me convierta en brisa de tus bolsillos.

viernes, agosto 01, 2008

Los cursos de sangre entendieron que debían volver a su redil
no hay tiempo para revoluciones ni bravatas ni estertores;
hoy se usan los talleres para reparar parapléjicos del alma nada más;
lo otro es patetismo del bueno, bonito, persa ( más que barato)
y sin tiempo para contemplaciones ni laceraciones ni ulceraciones personales.
Lección que no aprendiste yaga en la piel no más;
otro muro en la pared o una rayita adicional en la celda de condenado.
Me salvé de ésta
peronoquieroasegurarquemañananocaerénemipropiatrampadenuevo
porque dicen que si los gueones volaran pasaría nublado
y yo a veces engroso la fila de nubarrones cerrados.