Quiero jugarme el amor en una apuesta visionaria e idealista que redefina el vuelo de los cóndores y haga de la locura el estado de las cosas.
Para las mañanas quiero una mirada perenne y para las tardes, un crepúsculo a prueba de melancolías y reparos.
Quiero, para mi piel, una estampida de grillos y la prisión del placer en mis yemas.
Y para mis ojos, la felicidad insomne de los otros y de mi.
1 comentario:
Mucho es y poco a la vez....pero es un querer y nunca suficiente es...
Besos caí por aquí de rebote y doy gracias a los rebotes.
Un saludo desde este rinconcito del planeta
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