miércoles, octubre 07, 2009


Padre Nuestro estés donde estés
alabada sea tu relativa presencia
y tus pases mágicos de ilusionista empedernido.
Deja caer sobre nosotros tu máxima sentencia
para así librarnos de la otra mejilla humillante.
Haznos probar nuestra voluntad como un elixir de libre albedrío
y guarda la tuya para ocasiones especiales.
Líbranos de un par de estrellas que empañan
tu ya contaminada mansión celestial
y déjanos caer en la tentación
ya que es lo único que nos va quedando
a pesar de los siglos de espera
a pesar de la paciencia que te hemos tenido
y a pesar de la gloria que has disfrutado
por nuestra eterna ingenuidad.
Amén.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajajajaj
jajajajajajaj
me encantasss

La Hormiga dijo...

Me recordó a los ejercicios de intertextualidad...

cariños

Víctor Hugo dijo...

jejejejej .. está genial!


saludos!
Vh