sábado, abril 07, 2007

Hoy he estado muy sola; demasiado tal vez...Nadie me ha hablado, ni mirado; nadie ha percibido mi existencia.
Ha sido fuerte este claustro. Por momentos, me ahoga tanto silencio...me sobra aire y suspiros; me sobra tanto de mi presencia, tantos pensamientos me sobran y me acobardan.
He sentido el peso de las horas muertas y las he recogido tendida en mi cama como en un féretro viviente, con los ojos puestos aquí y allá, el estómago pegado en el pecho y los latidos apremiantes colgando de la cortina.
Las calles están tan desiertas como yo.

1 comentario:

Gonzalo Villar Bordones dijo...

tienes el alma llena de oro, no debes estar sola.

es un castigo para tu comunidad.