sábado, diciembre 13, 2008

Hipatia


Murió mi tía.
Era una mujer muy particular:
alta, caminaba muy derecho y eso la hacía verse imponente, con su pecho erguido, casi displicente.
Nunca se casó y, según cuenta la leyenda, no tuvo amores, ni hijos.
Era como una enciclopedia, lo sabía todo, devoraba libros, diarios y revistas.
No era dulce, pero los que la conocíamos, sabíamos que nos quería, aunque jamás hubiese deslizado una mano por nuestras cabezas infantiles.
Era enérgica, locuaz y conocía el olor de los "rotos" como nadie.
Con su porte majestuoso y el cuello levantado de su largo abrigo café, solía asustar a los niños que la creían casi como un pariente criollo del conde transilvano.
No sabía cocinar, tampoco le gustaban los animales y las injusticias.
Cuando crecí, me regaló unos clásicos literarios que debían haber acumulado kilómetros de años. Cuando niña, me regaló un par de enojos de antología y un tarro con hoyos para que fuera a pescar con mi primo Gustavo al Canal San Carlos.
Desde hace algunos años, cuando me percaté que mi futuro sería la soltería y la no maternidad, pensé que mi tía era una especie de proyección de lo que sería mi futuro senil.
Cerca de los 83 años, ya no pudo vivir sola, ya no se conectaba a diario con el mundo y pasó a habitar un asilo cerca del mar.
La madrugada del jueves murió igual que como vivió, sola, refugiada en un mundo que ella construyó para sí, donde guardaba todas sus respuestas, sus eternas lecturas y, quizás, sus frustraciones.
Hoy la despedimos aquellos que nos topamos con ella en esta vida, los que le vimos su cáscara y, en ocasiones, algo más.
Hoy la despedimos quienes la quisimos...

Ojalá haya sentido que no estuvo sola al momento de partir.


Adiós, Tía Hipatia.

3 comentarios:

Víctor Hugo dijo...

bonito homenaje Ale...
creo que todos tenemos esos parientes un poco lejanos... un poco distantes a los cuales admiramos por su fortaleza y sabiduría...
Y obviamente algo tenemos de ellos

un abrazo
VH

george dijo...

Vigilia,
muy buen relato, me parece que ahora conozco tu tía Hipatia, me parece que tenia que sufrir con su propia forma de vivir y como trataba a sus conocidos...
¿tu quieres seguirla en sus pasos?
No me gusta que te ves así!

Los años llegan pero eso no quiere decir que no se puede disfrutar todos, de una forma diferente, no te encierres en una capsula y no des todo por hecho!

te deseo felices fiestas
con un beso

La Hormiga dijo...

Vigilia, vigila que no te quedes en el pasado, que sigas adelante y que no dejes la lectura aparte.

Vigilia, sigue alegre y optimista, no pierdas tu rumbo de vista.

Vigilia, sigue educando en la vida.
Cariños