viernes, mayo 15, 2009


Te daría una bofetada
de verdades que dejaran
boqueando tu mandíbula
cínica
para después taladrarte
los oídos
con otro tanto de ideas que tu cabeza
no alcanza a calibrar,
incluso si fuera necesario,
abriría tu sesera
para depositarlas directamente ahí y,
de paso,
conocer el intrincado,
absurdo e
ilógico
mecanismo que la hace operar,
porque funcionar lo dudo.


Eres tan sorprendentemente leve
que las nubes envidian tu esencia
y el aire busca
desesperado
la forma de imitarte y
de hacer suyo
lo que en ti es tan natural.

Pero debo confesar
estoicamente
que me sorprendes
cómo no admirarse
de tu inigualable habilidad
ya que eres
una apología a la tontera...


1 comentario:

La Hormiga dijo...

Excelente, Aletea.
Extrañaba tus textos.
Un abrazo.