lunes, septiembre 13, 2010

La vida es una puta veleidosa

Mi razón no pide piedad
se dispone a partir.

Borges dijo una vez que la vida se construye de momentos y,
por algo,
no incluyó las pausas.
La vida no tiene pausas.
Es demasiado perversa para concebir treguas.
Ella,
al igual que los niños,
cree que las sorpresas son siempre alegres.
Pero,
a diferencia de los infantes,
la vida sabe que sus sorpresas son demoledoramente trágicas,
hirientes,
decomunales e insanas.
La vida siente envidia de la calma,
de la armonía e incluso,
es envidiosa de la felicidad,
aunque sabe que ésta fue inventada,
como un artilugio,
para que ella fuera la reina,
la irrenunciable.

Por eso
no creo en la vida
porque no vale nada
porque es una puta veleidosa
porque se entrega al iluso
al idealista precario
al espejismo utópico
al que no tiene nada.

2 comentarios:

chats dijo...

Gran verdad.
Pero sigue sin ser todo del mismo color.
No negro ni blanco, aunque tire al oscuro.

La Hormiga dijo...

Querida Ale,
ando con una pena tan grande como la tuya. Mi abuelita sufrió un accidente vascular, y le queda poco tiempo en este mundo, según los médicos. De repente escribo, de repente no, pero ando con la cabeza abajo, preguntándome mil por qués sin respuesta. No es justo. Cómo reconocer que un ciclo de vida terminó, y que nosotros fuimos sólo una parte de él, y que tenemos un ciclo propio. Un abrazo.