miércoles, mayo 24, 2006

Cardiaco...

Hundo mi mano en corazón inerte
urge un latido ensangrentado
impertérrito en otoñal suspenso
casi exagüe de amapolas desfloradas.

La calma del ventrículo me aniquila
yazgo en territorio de amoroso descampado
nadie toca el coágulo añejado
nadie sabe de su derrame en tierra firme.

No hay pancartas en mis ojos ahuecados
las cuencas lucen fulgores atrasados
atemporales latitudes de pálpitos idos
qué hacer con el eco eternizado.

Sólo esperar a la aurícula alocada
cuando de su trinar despida un exhalo
un derritir del congelamiento porfiado
el despertar del otoño enquistado.

1 comentario:

Luis Seguel Vorpahl dijo...

¡¡¡¡¡¡¡¡AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY!!!!!!!!!!