martes, abril 29, 2008

Un pasajero fugaz
en una nave intergaláctica
atraviesa el cielo en una tarde de otoño
derrite la monotonía
desarma las configuraciones del tiempo
provoca una estampida
engendra confusiones.
Luego sólo se aleja hasta desaparecer
no dejas estelas
pero sí huellas
que conducen a ninguna parte
y a todas al mismo tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Leer lo que has escrito deja la sensación de haberme encontrado con un cosmonauta de otra galaxia que ha venido a hacer todas esas desconfiguraciones a la mía. Y su intervención en mi sistema ha provocado el calentamiento global. Lo digo en serio. No es chiste.
Me gustó.

Víctor Hugo dijo...

vaya viajero ... me deja medio desestabilizado... sin apoyo... flotando en la nada....

glup!