domingo, abril 27, 2008

Verte...

El frío comenzaba a colarse en mis rodillas dobladas en el asiento de la micro mientras yo miraba por la ventana un paisaje de hace años. De pronto y como siempre, mi mente vagó hasta ti y, como la cristalización de un recuerdo, te veo acercarte. No fue emoción lo que sentí...fue todo junto altiro; rápido y urgente...el sueño más atesorado se realizaba ante mis ojos.
No alcancé a darme cuenta del rojo que, de mi cabello bajaba a mis mejillas. Sólo sentí que el tiempo se detenía y nos transportaba, a ambos, a una burbuja de palabras, de reencuentro, de mirarnos profundamente y descubrirnos luego de años.

Disfruté tu verde mirada, me conmoví con el rictus de tu boca y tu habitual nerviosismo al hablar; me alegré con la fluidez con la que volvíamos a conversar, apurados por un tiempo que se hacía estrecho a cada tranco de la micro.

Aún conservo tu cara en mi retina y tu abrazo en mi cuerpo; aún oigo tu voz particular y tu resumen abreviado de vida; aún vagan desordenadas en mi interior las sensaciones que se desencadenaron ayer.

Aún se conservan en mí todo lo que tu nombre le brindó a mi existencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que lindo...yo también quiero sentir es sensación...