sábado, mayo 29, 2010

Preguntas retóricas


¿Por qué...
son tan difíciles los inviernos?
me convierto en el suelo al que van a parar las hojas suicidas?
ese tenue sol de otoño no penetra la membrana de mi alma?
me siento la fuente desde donde emana la lluvia?
la melancolía se viste con mi nombre y me deja desnuda al frío?
no puedo huir como lo hacen las nubes?

Permanezco estática
muda de gritos erizada
aterida del frío del silencio rotundo
aterrada en el desamparo de los márgenes
huérfana de alientos y ansias
una penitente del otoño
una sobreviviente en medio de hojas amarillas
caminando al arbitrio de huellas casi ciegas, casi inertes, casi nada.

¿Habrá...
alguna senda que me lleve más allá de mis venas?
una mañana sólo para nacer al amparo del sol?
un legado en donde reposar mis huesos mortecinos?
una mortalidad que me libere de atardeceres?
algún año sin otoños?
una vida completa sin despertar?
una brizna de magia al alcance de mis dedos?
algún día que no esté hecho de preguntas?

1 comentario:

La Hormiga dijo...

Y de preguntas sin respuestas, más encima. Creo que no.
Y aunque quizàs no valga la pena preguntarse tantas cosas, quizàs si valga la pena, valorar el invierno, justamente porque permite hacerse preguntas. Y da instancias para estar en casa, cocinar, dormir y dejar de vez en cuando la consciencia tranquila. Un abrazo!