
¡Qué mala costumbre ésta de hacer balances!
¿Por qué no mejor nos dedicamos (embrutecemos) con compras, simular el espíritu navideño, perdernos en el gentío, pavonear con nuestras bolsas llenitas de deudas, sentarnos en las faldas de un vejete cagado de calor, atiborrar los malls y abrir y abrir regalitos?
¿Por qué, Dios mío, no damos abrazos hasta perder la compostura, le aplicamos tortura al hígado, gastamos hasta lo que no tenemos en vernos "pichi caluga" a las 00:00 hrs, vemos un par de luces en el cielo a punta de codazos y garabatos varios y nos dejamos de andar mirando hacia atrás: "ay, que esto no lo hice, que ya no tengo edad para lo otro, que se me va el tren con acoplado, que todo tiempo pasado fue mejor" y todas esas elucubraciones sinsentido?
Hay que cambiarle la cara a este fin de año; decretar la insurrección de las costumbres: que cada uno haga lo que se le venga en gana y si, por ahí, todavía queda un mártir de los balances, pues que lo haga, pero calladito y sin andar luego con semblante lastimero, ni arrastrando el alma o pidiendo consuelo...cada cual con lo suyo, o no?
Ahhh, recién me acordé de que hay un par de cosas que hice durante el 2007 que debo evaluar...no sea que me quede incompleto mi cuestionamiento existencial.
Hasta prontito...