sábado, febrero 09, 2008

He caído desde la algarabía del ruido al abismo profundo del silencio.
Mi cuerpo aún no termina de acostumbrarse a este nuevo espacio infinito y mi mente vaga solitaria en un mar de pensamientos inútiles.

Voy de un lado a otro, buscando una ocupación que me distraiga y sólo encuentro destinos momentáneos, que me arrancan por breve tiempo de esta soledad aplastante.

Un libro tirado por ahí; varias películas a medio camino de ver; muchos cigarrillos aplastados en un cenicero; música estridente y yo en medio de la nada.

Afuera la noche taciturna de un sábado desierto.

El calendario me indica que me queda poco tiempo de este descanso que, por momentos, ha sido descarado.

Pienso en la innumerable cantidad de veces que, durante el ajetreado año, ansío estas horas muertas y sólo para mí...qué irónico, no?

Las vacaciones son como los finales de los libros: una vez que acabas de leerlos, te sumes en una especie de depresión, de tiempo vacío, de duda acerca de lo que sigue...el siguiente paso.

En ésa estoy ahora:

¿Cuál es el paso que sigue?

1 comentario:

Víctor Hugo dijo...

Me ocurre lo mismo cuando termino un buen libro... caigo al vacío ... sse acaba toda esa complicidad con la historia y sus personajes...
Yo por lo menos no sufro de insomnio ... al contrario ... de día caigo en las dudas y los vacíos

saludosssssssssssss