domingo, julio 20, 2008

Confesiones de baño bonaerense (II Parte)

Domingo 13 de julio
23: y algo hrs.

San Telmo y sus callejuelas estrechas, atiborradas de lo antiguo, de arte callejero, de bandoneón y tango.
Mis pies reclaman tanta caminata, mientras mi estómago celebra buenos sabores y mi hígado se regocija con varias Quilmes.
Esta ciudad es para caminarla, admirando la talla de sus edificios y el verde que corona sus calles.
Tan intenso ha sido mirar que hay un cansancio placentero y una sensación de más tiempo que el real transcurrido.
Parecen lejanas las horas de agobio de los últimos días de trabajo.
Estoy en mi reducto del baño, gozando el cigarrillo diario y colocándole palabras al papel.
Poco he mirado hacia atrás y, de cierto modo, no hay motivos para hacerlo.
Ya llegará la hora.

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