domingo, octubre 26, 2008

La sombra de don Roberto.

Los culpables nunca piden perdón.
Habitan la inmundicia y el inframundo de la inconciencia
y miran hacia el horizonte con ojos bobalicones.
Nunca mueren tampoco
y pasan a conformar las interminables filas del purgatorio;
ese que hace nido en sus almas carcomidas;
ese que no está en otra dimensión, sino aquí, en esta realidad inconfundible y perentoria.
Quedaron atrapados en su silencio cómplice,
la culpa les retuerce la lengua
y la paz los aborta inmisericorde.
Viven una inmortalidad que los decapita pausadamente,
que va haciendo de sus entrañas un desierto
y de sus personas un residuo de ser humano...
Por eso no piden perdón
porque dejaron de ser hombres.

2 comentarios:

Víctor Hugo dijo...

Hola!
Como siempre tu texto...excelente
aunque no sé a quién te refieres (don Roberto)un abrazo....
date una vuelta por mi blog...;)
un abrazo
VH

Gonzalo Villar Bordones dijo...

tal vez, carcecen de culpa y viven felices junto a suis nietos. de vez en cuando visitan a una prostituta. comen empanadas todos los domingos.