viernes, julio 11, 2008

Me fui, pero antes, salté a un vacío que me tenía rondando su orilla hace mucho tiempo.
Caí parada y no se me dispersaron los sesos con el estruendo, porque no hubo estruendo.

Aún así, me fui con el alma reconfortada por haberme visto en mi espejo interior y no encontrar astillas en el aura.

Me he reconciliado con la espera, con el tiempo impetuoso, con mis ritmos, mis fantasmas y mis desvíos.

Ojalá mi mochila siga guardando el polvo de las ausencias; ahí, ya no hay espacios para nada más...es muy tarde.

No sonrío, pero hay esa quietud que apasigua, que inmortaliza la calma, que cristaliza el atardecer.

Tal vez vuelva...quién sabe...

2 comentarios:

Gonzalo Villar Bordones dijo...

tal vez.

pero te quedaste en n uestra alma.

george dijo...

No sabia que hay caidas que no hieren, que no rompe huesos, que arregla una cabeza con su alma...
¡a veces un golpe puede despertar un ser para ver luego las cosas de otra forma...
Tal vez vuelva--- ¿y mientras tanto que haces Vigilia?

un abrazo