viernes, junio 02, 2006

Parotino


No es un medicamento de última generación, ni el balbuceo de un infante en proceso de vocalización. Tampoco es una trampa del subconciente que quiere expresar su recóndito trauma con el "paro" de estos días.
Nada de eso.
Es mi gato; aquél que me duele sin haberlo parido porque ya se metió en ese resquicio que se llama cariño y que crece y crece como globlo de chicle.
Llegó hoy tan aporreado y hambriento como escolar conciente; magullado como periodista en la Alameda y carente de todo como medio Chile.
Así llegó Parotino.
Y su nombre se elevó grácil e inesperado como espuma de cerveza...no son dos palabras en una, tampoco es de origen griego...sólo fue mirarlo y saber que había sido traído a este mundo para portar ese mote.
Como todos los huachos (no lo sabré yo) es gracioso y se deja querer; también hace su gracia para mantenerse en el hilo de la sobrevivencia y que no lo vuelvan a tirar a la calle como al principio.
Parece que supiera que está al filo de una negociación de si se queda o regresa al vagabundeo callejero.
Si se queda, le toca médico para cortarle la estirpe, vacunarlo contra las enfermedades que yo le pueda transmitir, engordar y aprender un par de morisquetas que hagan suspirar a este par de viejas que creerán: una que es su hijo y, la otra, que es su nieto.
Si se va, le toca sortear el destino adverso que ya le viene escrito por no ser perro, no ser faldero, no servir para espantar ladrones y no perseguir gatos.
Quizás qué decida luego...por lo pronto duerme con ronroneo uterino y a mí...
ME ENCANTA.

1 comentario:

dreamparanoid dijo...

me encanta ese brote no cancerígeno
esas maullido similar al llanto de alegría
me alegra esa nueva vida en ti
debe ser por que te hace feliz!