miércoles, julio 12, 2006

Mi lado oscuro: crónica de un abandono peculiar...

Mi sombra se fue tras la lluvia. Sin gorro y sin paraguas y con el ceño fruncido se alejó de mí para internarse en el laberinto acuoso que lava la ciudad.
Apenas se despidió, aburrida del encierro a la que la tenía confinada y hastiada de oírme decir "detesto el invierno".
Me he quedado sin sombra, sin capa, sin reflejo, y es extraño porque parezco un dibujo animado que, si me ven de perfil, apenas soy una línea vertical de la cabeza a los pies. Podría caber por debajo de una puerta o por la ranura de un buzón.
Parece que mi sombra era todo en mí y no sólo mi lado oscuro...

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