viernes, noviembre 17, 2006

Al minuto siguiente...

Acabo de llegar de un paseo con mi curso, pero más que eso, fueron tres días de darme cuenta que no podría ser otra cosa en la vida que ser Profe...fueron muchos, muchísimos momentos de confianza, cariño, lealtad, diversión, piscina, sol, tai-chi, conversaciones de lo humano, lo divino, lo prohibido, lo placentero. También hubo trabajo, preocupación, alerta. Estuvimos tan cerca, tan unidos, tan aclanados que aún puedo oler sus rasgos, sus sonrisas, su sueño y su trasnoche.
Estoy agotada, es cierto, pero tan feliz que a pesar de haberlos dejado hace tan sólo unas horas, ya los extraño.
He sido premiada con estos jóvenes y ellos me han dado toda su energía en forma de amor; ese amor que se da sin condiciones, sin mirar ni medir la cantidad y, más aun, a una desconocida que, ahora, vieron desde al lado y no al frente de la sala y supieron apreciar, respetar, molestar y conocer.
No sé qué más decir, aunque me quedan todas las sensaciones dentro.
Estoy feliz.

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