domingo, enero 14, 2007


Ayer fui a Valparaíso y la niebla me recibió con espasmos en mis chalitas y polerita de santiaguina acalorada. Me recordó lo caprichoso que puede ser el verano entre los cerros.

Subí por el ascensor Mariposas y me deleité recordando el nombre de tantas calles y vericuetos que alguna vez recorrí en mis años de arrancar de los pacos. Sentí el olor penetrante del Mercado en el barrio Almendral. Tomé la O y volví a los zangoloteos de tanta curva. Putié la horrible mole de cemento que construyeron tan cerca del Gimpert. Caminé por Independencia, Pedro Montt, Condell hasta la Aduana Vieja. Vi rostros familiares. Toqué las eternas antigüedades de la feria de la Plaza O`Higgins. Degusté una cerveza en La Vertiente (hacía frío para uno de esos "nenes" que te llenaban el estómago de cerveza). Vi vociferar a los canutos en la plaza. Miré mi pieza de la pensión de doña Irma, la que me recibió con recién inaugurados mis 19 años en Chacabuco con la Avda. Argentina...en fin, me apresté a lo que serán mis vacaciones allá.

Desde que me vine, el `95, sólo había ido por un par de días, pero ahora pasaré unos días más largos, más nutridos, en los que espero ir a oir un tango al Cynzano, rasgar vestiduras en el Valparaíso Eterno con una canción de aquellas que musitábamos vajito para no herir los tímpanos de la autoridad. Quiero vagar por Barón e ir a escuchar al "jovencito" que tocaba el piano cuando viví por algunos años allá (curioso, nunca le vi la cara y siempre supuse que sería joven...no sé por qué...quizás era por los acordes de Silvio que tan bien pulsaba en el teclado...no sé...prejuicios tal vez).

Bueno, quiero rescatarme desde el hilo de Ariadna que quedó enredado por ahí y volver a retomar el tejido. Será un viaje de regreso.

2 comentarios:

Gonzalo Villar Bordones dijo...

sería un crimen que volvieras a nuestra ciudad sin pagar tu deuda de magia.

Paty dijo...

Los viajes de regreso tienen sus pro y contra; a veces nada está como lo dejamos, a veces nunca fué como creímos..., pero sí, nos permiten completar, cerrar, superar.
Todo esto puesto en Valparaíso se carga de una magia envidiable, el buen tiempo, lo bello que está el puerto, lo encantador y mágico del Cinzano, y lo acogedor que es el mar.
Te deseo el mejor de los reencuentros y una reparadora estadía.

Un abrazo

Paty