miércoles, enero 24, 2007

Aún...

El tiempo parece tener prisa
no tiene compasión ni miramiento.


Y yo me quedó aquí
me quedo en ninguna parte.


Me alojo en las campanas
en el fuego
detrás de la puerta me detengo.


Me cobijo en la sombra de un cactus.


Me refugio de un aguacero de horas marchitas
a esperar su regreso
su bofetada de treguas hipnóticas
su recorrido de trenes por mi cuerpo.


No sé vivir sin el tiempo
sin su apremio de amante insaciable
sin su calendario de hielo filudo.


El tiempo parece tener prisa
en su arrebato me ha dejado aquí
en una vereda sin pausas
con sabor a un nuevo abandono
vestida de espera
y con ansias de partir.

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