domingo, enero 14, 2007

Nadie me ve porque estoy muda
mis tejidos son las palabras
y éstas han viajado a los confines
de Andrómeda
para labrar un nuevo lenguaje
que me traiga a la vida
del sonido y la razón.


Había vagado muchísimo
mis tobillos dibujaron el rol del mundo
y gastaron sus huellas.

Me detuve cuando dejé ir el presente
y mi reflejo se deshizo frente mío.

Quedé muda
invisible
sin rostro ni pies.

No me encuentro en el aire
ni en el susurro
ni siquiera habito el polvo.

No soy la que escribe
ni piensa
ni ve.

Es el inconciente que quedó en mi lugar
para cerrar los postigos
despedirse de los amigos
regar las plantas
y cortar el suministro de gas.

Ando en busca
del umbilical ritmo que me perdió
reuniendo las briznas de mi nombre.

Por eso el silencio porfiado
la lengua maniatada
los brazos caídos.

Parece que me fui en el sueño
y estoy atrapada en el antes de ahora
que tampoco es pasado
ni ayer.

Tómame de la mano
jala mi cabello
búscame y tráeme de regreso.

Necesito sentirme en casa
dentro mío
corpórea
visible
respirando.

Ayúdame.

1 comentario:

Gonzalo Villar Bordones dijo...

dónde se busca tu mano?.

Acaso en una habitación de piso de madera. En otro Santiago. Allí donde habita aún tu alma... antes de toda tristeza.

Aquí es donde se hace patente que la poesía es peligrosa. Tienes un gran temple para escribir en esa frontera, allí donde el alma duele.